Rooms of Alexandra - Formal Reception Room
English | Español | Français | РусскийAlexandra's Elegant Sitting Room
El Salón de Recepciones Oficial de Alejandra era una de las habitaciones más luminosas del palacio y la mayor de las dependencias personales de la familia Imperial. Este comunicaba con una de las bibliotecas de palacio y se situaba en la esquina derecha del edificio. Las siete grandes ventanas en el salón de Recepciones daban al Parque de Alejandro. Las paredes estaban recubiertas de mármol artificial blanco coronado por una bellamente modelada entabladura, con el nítido y minucioso diseño clásico que es carasterístico del arquitecto Quarenghi. La sala conservaba el estilo austero de fines del siglo XVIII que Catalina la Grande pretendía para el palacio de su nieto, y es posible que parte del mobiliario fuese original de esa época.
Izquierda: El escritorio sustituído y el tapiz de Vigee-Lebrun. En la mesa, a la izquierda del escritorio hay un busto de Wedgewood de Alejandro I.
La nívea blancura de la habitación se veía realzada por los espesos cortinajes de color arándano de las ventanas, que disponían tambien de finos visillos de encaje. El parquet del suelo era de color dorado oscuro. En el centro de la habitación colgaba una hermosa araña de cristal con centro en este material pero en color rojo rubí al estilo ruso. El vidrio soplado rojo rubí es muy difícil de obtener, el color rojo se consigue añadiendo oro al cristal fundido antes de ser soplado por el artesano para darle su delicada forma. Esta araña formaba parte probablemente de la decoración de la sala, y data de la época de Catalina la Grande.
El mobiliario contaba con algunas de las piezas más exquisitas del palacio, incluído un escritorio de cubierta rodante con un mecanismo musical, del famoso ebanista alemán David Roentgen. Este era de la época en que se construyó el palacio y puede haber sido parte del regalo de bodas a Alejandro e Isabel. Era el escritorio oficial de Alejandra y se consideraba una de las obras de arte más valiosas del palacio. Despues de la revolución se evacuó a Moscú, y cuando regresó a San Petersburgo se envió al Hermitage, donde aún hoy se exhibe. En su lugar, los trabajadores del museo colocaron otro escritorio de Roentgen, uno de una pareja a juego que se encontró en el palacio. Estos podrían haber sido los escritorios de trabajo de Alejandro e Isabel.
Había tambien piezas de mobiliario francés del siglo XVIII y una enorme alfombra Savonierre en el suelo. Tras la revolución francesa el gobierno de este país vendió muebles de los antiguos palacios reales, y los representantes de Catalina asistieron a las subastas e hicieron numerosas compras. Teniendo en cuenta que estas subastas tuvieron lugar en la época en que el palacio estaba siendo construido es posible que muchas de esas pertenencias reales llegaran al Palacio Alejandro. Dos biombos de marfil parecían provenir del reinado de Louis XV y llevaban el escudo real francés.
En 1896 Meltzer realizó algunos muebles adicionales, incluyendo un incongruente sofá de esquina de estilo dieciochesco, y tapizó todas las sillas con una tela de inspiración Louis XV, en tono verde manzana. Esto ligaba los muebles de diseños dispares y les daba unidad.
Los objetos decorativos que se mezclaban en el salón provenían de los siglos XVIII, XIX y principios del XX. Había una serie de pequeñas esculturas, bustos de bronce de Alejandro I, su esposa Isabel y Pablo I, y un busto coloreado de Wedgewood de Alejandro I realizado por Enoch Wood en Inglaterra, en 1814. En la pared colgaba un espléndido relieve en mármol de Catalina la Grande, por Marie-Anne Collot, que el Gobierno Soviético vendió en 1933.
Cada hora la sala de recepciones resonaba con el tintineo de los relojes del siglo XVIII que había distribuidos por la habitación.
Arriba: Los "Cosacos", de Detaille, y el tapiz a partir del cuadro de Vigge-Lebrun "María Antonieta y sus hijos". Un piano de cola y un órgano se pueden ver junto a la pared, debajo de los cuadros.
En las paredes había una serie de grandes cuadros, el más prominente de ellos una enorme pintura representando "Los Cosacos de la Guardia Imperial", pintado para Alejandro III en 1889 por Edouard Detaille. Detaille trabajó tambien para Nicolás II, que tenía varias de sus acuarelas en su habitaciones. Este inmenso lienzo se encargó a un coste de 50.000$, suma que se acercaría al millón actual
Derecha: El retrato de Alejandra realizado por Kaulbach cuelga entre las dos puertas. En este lugar se tomaron las famosas fotografías de las Grandes Duquesas en 1913, para el Tricentenario de la Dinastía Romanov.
Entre las dos puertas que daban acceso al Salón Oficial de Recepciones cuelga un retrato de Alejandra con grueso marco dorado pintado en 1903 por el artista alemán Kaulbach, uno de los pintores favoritos de Alejandra. Este melancólico retrato mostraba a la Emperatriz en un oscuro bosque, con un reluciente vestido malva y una tiara de diamantes. Despues de hacer los bocetos para la cara de la Emperatriz el artista pidió que se le enviara el vestido a Munich, donde se colocó en un maniquí con la misma talla que la Emperatriz, y el pintor terminó el cuadro. Despues de envalar y enviar la obra a la capital rusa, Kaulbach pidió humildemente a la Emperatriz el vestido como recuerdo, y ella accedió a la petición. La familia Kaulbach todavía guarda el vestido. El boceto que Kaulbach realizó para esta obra era el retrato de Alejandra preferido por Nicolás y lo colocó en su Despacho Nuevo.
Uno de los objetos más famosos del Salón Oficial de Recepciones era un Gobelino de María Antonieta, una copia a partir del retrato de Vigee-Lebrun, realizado en 1887. Este tapiz era un regalo del Presidente francés Lebrun a Alejandra, que coleccionaba objetos pertenecientes a María Antonieta. La Emperatriz estaba muy interesada en la trágica Reina de Francia y leía mucho sobre ella. Cuando Nicolás y ella visitaron Francia antes de la coronación el Presidente francés invitó a Alejandra a alojarse en las habitaciones de María Antonieta, en Versalles. Despues de la revolución de 1917 este tapiz era mostrado por los guías del museo como un desafortunado talismán, que presagiaba el destino de Alejandra. Aunque hoy en día puede verse de este modo, en la época nadie sospechaba el destino que aguardaba a la Emperatriz, y el regalo nunca fue considerado impropio. En 1895 el futuro Nicolás y Alejandra parecía brillante y positivo. Recientemente las autoridades del museo han abierto una puerta en la pared sobre la que colgaba este tapiz.
Por último, junto al cuadro de Detaille había otra gran pintura, la "Coronación de Nicolás II", realizada por el artista de la Corte danesa Laurets Tuxen. Copias de este cuadro colgaban en el Palacio Anichkov, residencia de la Emperatriz Viuda, y en el Palacio de Buckingham en Londres.
Si uno era un embajador, ministro o dignatario extranjero, Alejandra te hubiera recibido aquí. Tambien en el Salón Oficial de Recepciones recibía la Zarina a los miembros de la Corte y la aristocracia. La habitación se usaba así mismo para comidas o cenas especiales, y podía dar asiento cómodamente a 30 personas.
Bob Atchison